KPMG Impulsa es el servicio de gestoría online de KPMG, dirigido a PYMES, autónomos, startups y fundaciones. La compañía ofrece a sus clientes un gestor personal especializado, que se encargará de tramitar, con total transparencia, todas sus obligaciones con las administraciones, gestionar sus nóminas, llevar su contabilidad y presentar sus declaraciones fiscales.
KPMG Impulsa ha desarrollado una iniciativa para apoyar a los empresarios y emprendedores durante la crisis del coronavirus, ofreciéndoles información y herramientas para que puedan administrar su negocio de la mejor manera en esta compleja situación. Puedes solicitar su ayuda y consultar consejos para el teletrabajo, medidas fiscales y ayudas financieras, medidas en materia laboral y Seguridad Social y otras materias de interés aquí.
Los SEK Labers han recibido una clase magistral de María Jesús Puente Vidal, responsable del área de contabilidad de KPMG, en la que han aprendido a manejar los ratios financieros fundamentales para potenciar el éxito de sus proyectos. Durante el taller, han descubierto también la importancia de contar con una base financiera competente para una gestión óptima de sus startups.
CONCEPTOS BÁSICOS CONTABLES Y FINANCIEROS
La contabilidad es la base de la toma de decisiones en la empresa porque aporta información financiera sobre la compañía y sus costes, permitiendo llevar a cabo un análisis detallado y/o proyecciones.

Tipos de contabilidad
La contabilidad financiera es el campo de la contabilidad que se encarga de resumir, analizar e informar de las transacciones financieras pertenecientes a un negocio. Proporciona datos financieros sobre la entidad de cara a inversores potenciales, prestamistas y otros acreedores.
La contabilidad analítica es una rama de la contabilidad que analiza cómo se distribuyen los costes y los ingresos que genera una empresa. Trata de determinar el coste individual de los productos, departamentos o clientes para averiguar qué rentabilidad obtiene de cada uno de ellos.

Plan General Contable
El Plan General de Contabilidad es el texto que recoge la normativa legal vigente sobre la contabilidad que rige las empresas. Se divide en:
– Marco conceptual de la contabilidad. Conjunto de fundamentos, principios y conceptos básicos (principio de prudencia, empresa en funcionamiento, devengo, uniformidad).
– Normas de registro y valoración. Incluyen criterios y reglas aplicables a distintas transacciones o hechos económicos, así como a diversos elementos patrimoniales.
– Cuentas anuales. Los documentos que las integran y el nivel de detalle dependen del «tamaño» de la empresa: balance, la cuenta de pérdidas y ganancias, el estado de cambios en el patrimonio neto, el estado de flujos de efectivo y la memoria.
– Cuadro de cuentas. Número de cuenta contable y descripción.
– Definiciones y relaciones contables. Recoge el contenido y las características más sobresalientes de las operaciones y hechos económicos que en ellos se representan.
Libros Contables
El libro diario es un libro obligatorio que debe legalizarse en el Registro Mercantil de forma anual. Su función es la de recoger todas las operaciones relativas a la actividad de la empresa, según el método de representación propio de la partida doble (asientos).
Las anotaciones deben ser diarias, concretando la fecha en la que se produce cada operación. Conforme a este principio, las transacciones o hechos económicos se registrarán cuando ocurran, con independencia de su pago o de su cobro.
El libro mayor es el lugar donde se clasifican y agregan, para cada cuenta, los registros de valores que han sido introducidos en el sistema en forma de asientos, a través del diario, y en el mismo orden cronológico en el que se han registrado. Desde un punto de vista mercantil, no es obligatorio.
Este documento reúne el conjunto de las cuentas que configuran el sistema contable de una empresa, con todos los registros de valores experimentados de forma individualizada por cada una de ellas a lo largo de un período.
Balances
El balance de sumas y saldos (o balance de comprobación) incluye la totalidad de las cuentas (de activo, de patrimonio neto y de pasivo, de gastos y de ingresos) que integran la contabilidad. Cada cuenta se presenta con las sumas de los valores registrados en su debe y haber, y con su saldo final.
El balance de situación se presenta en forma de igualdad, como imagen del equilibrio valorativo de medios económicos -inversiones o empleos- y financieros -financiación u origen- recogidos, respectivamente, en cada una de las dos partes fundamentales en que se divide: activo y patrimonio neto y pasivo.
Por regla general, el balance de situación presenta la situación económica y financiera de una entidad al finalizar un determinado período (normalmente al final de un ejercicio contable), y constituye el producto final del conjunto de registros contables, clasificados en cada cuenta, que ha llevado a cabo la entidad a lo largo del plazo considerado.
Cuenta de pérdidas y ganancias
Es el estado contable que recoge el resultado del ejercicio, formado por los gastos e ingresos del mismo, excepto cuando proceda su imputación directa al patrimonio neto, de acuerdo con lo previsto en las normas de registro y valoración, clasificados atendiendo a su naturaleza, y distinguiendo los resultados de explotación de los que no lo son.
Revisión Analítica de los Estados Financieros
Desde el punto de vista financiero, la empresa está en equilibrio si es capaz de atender todas sus deudas y obligaciones a corto plazo.

Conocemos, a continuación, las situaciones más frecuentes en las que se puede encontrar una empresa:
– Situación de máxima estabilidad. Se financia completamente con recursos propios. No tiene ninguna deuda a pagar a terceros.

– Situación normal. La compañía se financia con un mix de recursos propios y ajenos. La empresa estará en equilibrio financiero siempre y cuando con sus recursos a corto plazo (AC) sea capaz de cubrir sus obligaciones a corto plazo (PC).

– Situación de inestabilidad. En esta situación, el pasivo a corto plazo o el pasivo circulante crece excesivamente y financia parte del activo fijo.

– Situación de quiebra. En este caso, el activo real no es suficiente para pagar a los acreedores, puesto que es inferior a los recursos ajenos (Pasivo Circulante + Pasivo Fijo), que son las deudas de la empresa.

El equilibrio financiero
El equilibrio financiero es uno de los principales objetivos que debe perseguir una empresa porque significa que es eficiente. Es la capacidad que presenta la empresa para hacer frente a sus deudas en el plazo y vencimiento fijados, así como de conseguir el mantenimiento del ciclo normal de sus operaciones.
Para que exista equilibrio financiero, la empresa tiene que tener liquidez y solvencia, siendo las encargadas de hacer frente a los pagos y responder a las obligaciones y deudas, respectivamente.
– Liquidez: capacidad de la empresa para hacer frente a sus deudas y obligaciones a corto plazo.
– Solvencia: capacidad de la empresa para hacer frente a sus obligaciones y deudas, en general, a medida que vayan venciendo (tanto a corto como a largo plazo).
Ratios financieros básicos
Para medir la liquidez se utilizan los siguientes ratios, propios de la contabilidad analítica:
Ratio de Liquidez General (R.L.G.)

La relación entre el Activo Circulante y el Pasivo Circulante indica cuántos euros disponibles en tesorería o realizables a corto plazo se poseen en el activo, por cada euro comprometido en deudas y obligaciones a corto plazo. Este ratio no es demasiado preciso por la diferente tipología y vencimientos de las partidas que incluye. Su valor es adecuado si se encuentra entre 1 y 1,5.
Ratio de Liquidez Inmediata (R.L.I.)

Este ratio suele conocerse también como ratio de acidez (acid test) y facilita una imagen más precisa de la liquidez de la empresa, ya que elimina del activo circulante las existencias, que es, por lo general, la parte menos líquida y más difícilmente realizable. Sus valores medios suelen estar alrededor de 0,8.
Ratio de Tesorería (R.T.)

Este ratio mide la capacidad de la empresa para hacer frente a sus obligaciones a corto plazo con sus recursos lÍquidos o cuasi-líquidos. Su resultado medio en las empresas españolas suele aproximarse al 7%.
Punto de equilibrio
El punto de equilibrio, punto muerto, umbral de rentabilidad o break even point es aquel nivel de producción para el cual la empresa no registra ni beneficios ni pérdidas, sino que iguala los ingresos derivados de las ventas con los costes totales, tanto fijos como variables.

El punto de equilibrio se produce por la igualdad entre Ingresos y Costes Totales (I = CT). Sustituyendo en las fórmulas, se trata de despejar la incógnita, es decir, el número de unidades producidas y vendidas, que es la misma cifra según la primera hipótesis.
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